En 1944, en plena posguerra, Don Cristóbal Hernández Belda inicia su actividad segregando pequeños materiales de comercios e industrias de Badalona. Pocos años más tarde, ya consolidado, adquiere un vehículo a motor para realizar las cargas ya especializadas de los residuos industriales.
En 1954 adquiere un local para desarrollar la actividad, debido al incremento de demanda de sus servicios. Ubicado en la calle Prim de la ciudad de Badalona, con una superficie aproximada de más de 300m2, resultó el embrión del primer gestor autorizado de residuos metálicos., incrementando la flota y medios, como por ejemplo, el primer tractor pulpo.